DESDE EL ESCRITORIO DEL PÁRROCO

Estimados Feligreses de Santa Maria:

Durante este el "Año de San José" declarado por el Papa Francisco, es apropiado pasar algún tiempo reflexionando sobre el esposo de María y padre terrenal de Jesús. Tal vez recuerden que San José tiene dos días de fiesta. El 19 de marzo es la solemnidad de "San José, Esposo de la Santísima Virgen María". Y el 1ro de mayo es el Memorial Opcional de "San José Obrero". La mayoría de los santos tienen un día de fiesta; San José tiene dos (sin contar la "Fiesta de la Sagrada Familia" el domingo después del día de Navidad). Además, San José es mencionado en las cuatro Oraciones Eucarísticas principales que se rezan durante la Misa. El Papa Francisco menciono en su Carta Apostólica sobre San José titulada "Patris Corde" (Con Corazón de Padre): "Después de María, la Madre de Dios, ningún otro santo es mencionado más frecuentemente en el magisterio papal que José, su esposo." Todo esto apunta al hecho de que los Católicos le damos gran importancia a San José. De hecho, lo honramos y estimamos, no sólo porque era el esposo de María y padre terrenal de Jesús, sino también porque sobresalió como hombre, esposo y padre.

Sin embargo, tal vez los esposos y los padres tienen dificultad al identificarse con José, porque él no tenía un matrimonio típico. Después de todo, no era el padre biológico de Jesús y vivió una vida de celibato casto con María. Aun así, creo que lo que San José ejemplifica no es sólo para los esposos y los padres, sino para todos los hombres, es que él es varonil. En la cultura actual, tal vez no sea políticamente correcto decir que un hombre es varonil y que una mujer es femenina. Pero, en las Escrituras, José es representado como un hombre fuerte y decisivo que amaba profundamente a su esposa e Hijo. El protegió a María y a Jesús de las intenciones asesinas de Herodes, escapando de Herodes en medio de la noche y partiendo hacia Egipto. (cf. Mt 2, 13-15) José permaneció célibe durante toda su vida y así honró la fertilidad de María y protegió el voto de virginidad que hizo a Dios para poder ser un instrumento puro del Hijo y una Madre para todos nosotros. José trabajó arduamente para proveer para María y Jesús a través de su carpintería y le habría enseñado a Jesús todo lo que sabía acerca del oficio, para que cuando José muriera, Jesús pudiera seguir proveyendo a María y a sí mismo a través de su propio oficio como carpintero. (La mayoría de los académicos están de acuerdo en que José murió en algún momento antes de que Jesús comenzara su ministerio público más a menos a la edad de 30 años.)

Sustentando la obediencia de José, el amor fiel por Los que viven en Jesús y Jesús vive en ellos producen mucho fruto (Juan 15:1-8). María y Jesús y su arduo trabajo fue una vida de oración profunda. El Papa Francisco escribe: "José deja de lado sus razonamientos para dar paso a lo que acontece y, por más misterioso que le parezca, lo acoge, asume la responsabilidad y se reconcilia con su propia historia. Si no nos reconciliamos con nuestra historia, ni siquiera podremos dar el paso siguiente, porque siempre seremos prisioneros de nuestras expectativas y de las consiguientes decepciones.". (Patris Corde) Echamos un vistazo a la oración de José cuando escuchó al ángel en tres diferentes ocasiones (el matrimonio con María, la huida a Egipto y el regreso de Egipto) y obedeció las directrices de Dios. Todo esto es evidencia de la fuerza de carácter de José, de su virtud y, sí, de su hombría. Por eso, no sólo sirve como un excelente modelo para maridos y padres (biológicos, adoptivos, espirituales), sino también para todos los hombres. Oremos para que todos los hombres de la Parroquia de Santa María consideremos a San José como un ejemplo preeminente de santidad y que, por medio de la intercesión de San José, seamos los hombres que Dios nos creó y somos llamados a ser. ¡San José, ora por nosotros! ¡Una temporada de Pascua muy bendita para ustedes!

En el Señor Resucitado,

Padre Berg

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