DESDE EL ESCRITORIO DEL PÁRROCO

Estimados Feligreses de Santa María,

Como siempre, concluimos la temporada Navideña con la Festividad del Bautismo del Señor. El Bautismo de Nuestro Señor debería motivarnos a reflexionar sobre nuestro propio Bautismo. El Catecismo explica lo siguiente: “Los bautizados vienen a ser "piedras vivas" para "edificación de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo" (1 P 2,5). Por el Bautismo participan del sacerdocio de Cristo, de su misión profética y real.” (CCC 1968) En otras palabras, a través del bautismo uno se hace sacerdote, profeta y rey.

A través del Bautismo, uno se convierte en sacerdote. Por supuesto, esto no significa al sacerdocio ministerial donde uno es ordenado diácono, presbítero u obispo. Más bien, esto se refiere al “sacerdocio común” o “real” de todos los bautizados. Para vivir plenamente el sacerdocio real de uno, uno debe ser una persona devota a la oración. ¿Ora todos los días? Padres, ¿rezan con y por sus hijos? Hijos, ¿rezan por sus padres? Esposos, ¿rezan el uno por el otro? Familias, ¿rezan antes de las comidas, ya sea que estén en la privacidad de su propia casa o en público? Solteros, ¿rezan para que se haga la voluntad de Dios en sus vidas? ¿Oran para ser el instrumento de Dios en todo lo que hacen? Padres, ¿bendicen a sus hijos antes de que se vayan a la cama por la noche o se vayan a la escuela? ¿Asisten a Misa? ¿Participan en la Misa?

A través del bautismo, uno se convierte en profeta. Como profeta, la persona bautizada está llamada a testificar públicamente a Cristo en su vida. Como Cristiano bautizado, si alguien se encontrara con usted por primera vez, ¿podría sentir que usted es persona de fe? ¿Lleva una señal de fe en su persona o lleva consigo algo, como un rosario, el cual es una señal de su fe Católica? Cuando come en un lugar público, ¿hace la señal de la cruz y da gracias pidiendo a Dios que bendiga sus alimentos? En el trabajo o en casa, ¿la gente sabe que es Católico? Quizás, tenga un pequeño crucifijo o una tarjeta de oración en su espacio de trabajo. Si no tiene señales explícitas en su vida de que es ser Católico, entonces no está siendo profético. Un profeta es aquel que predica a través de la belleza de su propia vida.

Además, los profetas son lectores de teología. Un profeta debe ser capaz de articular las enseñanzas de la fe. Las noticias diarias y los acontecimientos actuales nos brindan amplias oportunidades para dar testimonio de la verdad. ¿Pudiera articular la enseñanza Católica sobre temas como la pena capital, la virginidad perpetua de María, la anticoncepción, las uniones entre personas del mismo sexo, el sacerdocio ministerial, la permanencia del matrimonio, la vida religiosa y la divinidad y humanidad de Cristo? ¿Si no, porque no? Hay muchas herramientas disponibles para ayudar a uno a crecer en el conocimiento de la fe, como el Catecismo, la radio Católica, Form.org, por nombrar algunas. Padres, ¿enseñan activamente la fe a sus hijos? ¿Enseñan a sus hijos a orar? ¿Les presentan la vida de los santos? Solteros, ¿leen escritos edificantes de autores Católicos? ¿Se esfuerza por encontrarse con amistades que le apoyan y le animan a ser santo? Si no está dando testimonio de fe y creciendo activamente en su conocimiento y comprensión de la fe, no está ejerciendo el privilegio de ser parte del oficio profético de Cristo.

 Finalmente, el Bautismo nos incorpora al Reinado de Cristo. Un rey es alguien que conduce a los demás hacia Dios. ¿Qué significa para un Católico bautizado vivir su propio reinado? Para los padres, significa que se les ha encomendado la muy importante tarea de ayudar a sus hijos a encontrar su misión en la vida. Los padres enseñan a sus hijos sobre los diferentes estados en la vida: el matrimonio y el estado consagrado, lo cual incluye el sacerdocio y la vida religiosa. Los padres enseñan a sus hijos que cada uno de estos estados son buenos y hermosos y que la verdadera felicidad de su hijo se encuentra en elegir el estado de vida que Dios tiene en mente para él o ella. Alguien que vive su propio reinado, conduce a otros dirigiendo un grupo de oración, facilitando un estudio bíblico, ayudando a los pobres y defendiendo a los no nacidos y marginados.
 
En Cristo,
Padre Berg 

 

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