DESDE EL ESCRITORIO DEL PÁRROCO

Estimados Feligreses de Santa María,

Échele un vistazo a la iglesia. Notará que los colores litúrgicos en el santuario han cambiado del verde al morado. Es un impacto visual que capta el ojo que lo ve, para atraerle a cosas espirituales que aún no ha visto. La Iglesia ha entrado en el tiempo sagrado de Adviento. El nombre proviene de la palabra latina "Adventus", que literalmente significa "venida" o "llegada". Hemos estado esperando ansiosamente la “llegada” de alguien cuya presencia se esperaba desde hace mucho tiempo. De hecho, los cristianos hemos estado esperando durante más de 2,000 años. Es difícil mantener nuestra atención ardiente con tanta demora, porque incluso los fuegos más calientes eventualmente se apagan y se enfrían. Conociendo esta proclividad humana, nace el Adviento en la vida de la Iglesia. Sus señales visuales están diseñadas para encender de nuevo nuestro corazón adormecido, hacia la promesa del regreso final de Jesucristo.

La gran corona de Adviento reaparece este domingo en la Misa para enfatizar esta enseñanza. Encender una vela cada domingo, acercándonos cada vez más a este día de regreso, nos recuerda que Nuestro Señor regresará pronto. Vuelva a abrir los ojos; vuelva a centrar su mirada. Encienda una vez más el fuego de la fe. En el pasaje del Evangelio, Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento”. (Cf. Marcos 13:33). Cada Adviento es una oportunidad para que echemos una mirada profunda y honesta a nuestra salud espiritual. Deberíamos preguntarnos: “¿Cómo me va en mi relación con Jesucristo?” “¿He permitido que el mundo me distraiga de lo que realmente importa?” “Si Jesús regresara hoy, ¿estaría yo dispuesto a comparecer ante él y ser juzgado?”

Independientemente de cómo respondamos estas preguntas, el Adviento es el momento perfecto para prepararnos. Durante las próximas semanas tendremos muchas oportunidades de crecer en nuestra fe. ¡Aprovéchelas! Lo más importante es que si no ha asistido al Sacramento de la Confesión en mucho tiempo, el Adviento es el momento perfecto. Ya no tenemos que cargar con la carga pesada del pecado que pesa sobre nuestros hombros

Un Esclavo de Jesucristo,

Padre Brian J. Soliven

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