Desde El Escritorio Del Párroco

Estimados Feligreses de Santa Maria:

Cada año durante la Cuaresma, tenemos dos o tres fiestas cuando el Padre usa vestimentas blancas en lugar de las vestiduras violetas cuaresmales para la celebración de la Misa.  El 22 de febrero celebramos la Fiesta de la Cátedra de Pedro, cuando la Iglesia da gracias a Dios por el pastoreo de San Pedro y de sus sucesores.  Como sabemos, por medio del poder del Espíritu Santo, el Santo Padre está fortalecido y habilitado para enseñar la verdad sobre asuntos de fe y moral.  No puede equivocarse cuando habla sobre estos asuntos. Este es un gran regalo para los miembros de la Iglesia. Sabemos que podemos aferrarnos a la roca de la verdad incluso cuando se lanzan otros mensajes en la disonancia de la sociedad en la que vivimos.  Los otros dos días de vestimenta blanca son las solemnidades son San José (19 de marzo) y la Anunciación del Señor (25 de marzo).  

Parece justo y necesario que estas tres fiestas sean resaltadas durante la Cuaresma.  Por medio del sí de María al Señor a través del ángel, María hizo posible que nuestro Salvador naciera entre nosotros.  María se entregó a ser la Madre de Jesús, crió a Jesús y lo acompañó a la cruz. Mientras estaba colgado muriendo en la cruz, Jesús entregó a María al cuidado del apóstol Juan.  Quedó claro que iba a ser no sólo la Madre de Dios, sino también la Madre de la Iglesia.  Por todas estas razones, honramos a María de manera especial en la solemnidad de la Asunción.  Así mismo, honramos a San José este próximo viernes (19 de marzo), porque con confianza llevó a María a ser su esposa y fue un padre bondadoso, generoso y recto para Jesús.  San José es un excelente modelo de santidad para todos los hombres, y especialmente para los esposos y los padres.  En su carta apostólica "Patris Corde" (Con Corazón de Padre) el Papa Francisco designó este año el "Año de San José".  Espero descifrar la carta del Santo Padre en los próximos artículos. 

Demos gracias a Dios por nuestra patrona, la Santísima Virgen María, por San José y por el don del papado.  Y oremos para que, mediante la intercesión de los Santos María, José y Pedro, crezcamos en santidad esta Cuaresma.  

En Cristo Jesús,

Padre Berg

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