DESDE ELESCRITORIO DELPÁRROCO

stimados Feligreses de Santa Maria:

¡Saludos desde el Seminario de San Patricio en Menlo Park! Esta semana, las clases reanudaron en el seminario des-pués de vacaciones de verano. El lunes por la tarde, el Arzobispo Salvatore Cordileone de San Francisco, celebró una Misa Votiva especial del Espíritu Santo para marcar el comienzo del año aca-démico. Todos los seminaristas y profesores participaron en la Misa. Los que somos sacerdotes celebramos la Misa con el Ar-zobispo. En su homilía, el Arzobispo Cordileone citó el discur-so del Papa Benedicto XVI a los educadores Católicos durante su visita a los Estados Unidos en abril del 2008. En su discurso, el Santo Padre señaló:

La educación es parte integral de la misión de la Iglesia de proclamar la Buena Nueva. En primer lugar, toda ins-titución educativa católica es un lugar para encontrarse con el Dios vivo quien en Jesucristo revela su transfor-mador amor y verdad (cf. Spe Salvi, 4). Esta relación provoca un deseo de crecer en el conocimiento y la com-prensión de Cristo y su enseñanza. De esta manera, aquellos que lo conocen son atraídos por el poder mismo del Evangelio para llevar una nueva vida caracterizada por todo lo que es hermoso, bueno y verdadero; una vida de testimonio cristiano nutrida y fortalecida dentro de la comunidad de discípulos de nuestro Señor, la Iglesia.

El Arzobispo Cordileone habló sobre la importancia de que los seminaristas tengan una profunda relación con Jesús y le permi-tan conducirlos a una mayor santidad. Para llevar el punto a su lugar, al final de la Misa, participamos en una procesión eucarís-tica alrededor de los terrenos de la entrada del seminario. Cada vez que participamos en una procesión eucarística, se nos recuer-da que Jesús nos está guiando y nosotros estamos siguiendo. Y por consiguiente, tenemos que estar atentos y dóciles a su liderazgo.

Al comenzar un nuevo año académico, pienso en nues-tros estudiantes y maestros en la Escuela Notre Dame y en nues-tro programa de educación religiosa. Además, pienso en aquellos que asisten a una de las muchas escuelas públicas en Vacaville y los estudiantes de la escuela secundaria San Patricio San Vicente en Vallejo. Pienso en nuestros feligreses que asisten a la Acade-mia del Valle del Sagrado Corazón y a la Academia Chesterton en Dixon. El año académico pasado, con todas las restricciones por el COVID, las clases en persona fueron especialmente des-alentadora para nuestros estudiantes, maestros y administradores. Este año comienza con algunos de los mismos retos. Pero si nos mantenemos enfocados en Jesús, Él nos guiará. El mar puede ser violento, como los apóstoles experimentaron cuando estaban pescando, tenían el consuelo de que Nuestro Señor estaba con ellos. Cuanto más nos sintamos " son atraídos por el poder mis-mo del Evangelio para llevar una nueva vida caracterizada por todo lo que es hermoso, bueno y verdadero ", como dijo el Papa Benedicto, más Vivirá Jesús en nosotros y obrará a través de Santa Mónica, cuya festividad fue el viernes pasado, sin duda lo sabía. Fue la fiel madre de San Agustín quien nunca dejó de orar por su conversión. Su paciencia y perseverancia dieron sus frutos al final de su vida, cuando su hijo se arrepintió de su forma pecaminosa y fue bautizado. Con el tiempo, Agus-tín se convirtió en uno de los más grandes Doctores de la Iglesia. Santa Mónica pudo orar por su hijo porque amaba a Jesús con todo su corazón y confiaba en que Nuestro Señor estaba a cargo. El hermoso testimonio de Santa Mónica es importante no solo para todas las madres, sino también para todos los padres. Pa-dres, a través de su oración, perseverancia y ejemplo santo, acer-carán a sus hijos a Jesús y los ayudarán a crecer en su relación con Él. En la portada de este boletín hay una réplica de una pin-tura de Santa Mónica y su hijo. Su estrecha amistad es evidente en su lenguaje corporal. Pero su lenguaje corporal también apun-ta a su relación con Cristo. Madre e hijo miran hacia los cielos como si ambos supieran que lo que los une es su Creador y Re-dentor. Reconocen a Jesús el uno en el otro y saben que su des-tino final es estar unidos con Él, el Padre y el Espíritu Santo eter-namente en el cielo. A medida que conducimos nuestra propia peregrinación a través de este nuevo año académico, que poda-mos mantener nuestros ojos fijos en Cristo y nuestros corazones y mentes enfocados en nuestro destino final.

¡Que tengan una bendita semana!

En Cristo,

Padre Berg

Previous
Previous

FROM THE PASTOR’S DESK

Next
Next

DESDE ELESCRITORIO DELPÁRROCO