DESDE ELESCRITORIO DELPÁRROCO

Estimados Feligreses de Santa Maria:

Al comenzar mis tres meses sabáticos, quiero darles una descripción de dónde estoy viviendo por el momento. Estoy viviendo en el Seminario San Patricio (St. Patrick’s Seminary) en Menlo Park. La razón principal por la que le pregunté al Padre Mark Doherty, Rector de San Patricio, si podía vivir en el seminario por un tiempo durante mi tiem-po sabático, es porque el Obispo Soto me llamó un día hace un par de meses y me pidió que diera clases un día a la se-mana en San Patricio durante el semestre de primavera. No estaba inclinado a decirle que no al Obispo. Por lo tan-to, se hicieron los arreglos para que yo diera un curso sobre "antropología teológica". La antropología teológica es el estudio de la relación del hombre con Dios y cómo esa re-lación es corrompida por el pecado y redimida por Cristo. Pensé que, ya que necesitaría tiempo para preparar el curso con anticipación, podría beneficiarme de la biblioteca en San Patricio y usar parte del tiempo sabático para preparar el curso.

Los terrenos del seminario son muy bonitos, situado en 40 acres en Menlo Park a unas 35 millas al sur de San Francisco. Sin tráfico, uno puede llegar a Menlo Park en una hora y veinte minutos de Vacaville. Desde que el se-minario fue fundado en 1898, más de 2,000 seminaristas han estudiado en San Patricio. Debido a que he estado en San Patricio solo desde el domingo por la noche, todavía me estoy familiarizando con el lugar y quién vive y trabaja allí. (Ya que yo fui un seminarista en el Colegio Norteame-ricano en Roma, no tuve la experiencia de ser un seminaris-ta en San Patricio.) Para finales de esta semana, la mayoría de los 50 seminaristas de 13 diócesis y una comunidad reli-giosa habrán regresado de sus asignaciones de verano para comenzar las clases el lunes.

Como pueden imaginar, especialmente en estos días, para ser aceptados en el seminario, los candidatos al seminario pasan por un proceso de solicitud bastante exten-so que incluye pruebas psicológicas y entrevistas. Tras la aceptación, el obispo recomendará que un seminarista en particular estudie en San Patricio. Actualmente, la Diócesis de Sacramento envía seminaristas a dos seminarios princi-pales: San Patricio y Seminario Monte Ángel (Mount An-gel) en Oregon. Una vez aceptados en el programa de se-minario, los seminaristas tendrán al menos cuatro años de formación académica, espiritual y pastoral. Los seminaristas de Sacramento viven y estudian en San Patricio. A me-dida que conozco mejor la facultad, puedo decir que estoy muy impresionado con los sacerdotes y laicos que enseñan en el seminario. San Patricio está bendecido con un exce-lente rector, con el Padre Mark Doherty, y una facultad só-lida.

La vida diaria del seminarista incluye la Misa dia-ria, la oración de la Liturgia de las Horas, incluyendo Lau-des (u Oración Matutina) y Vísperas (u Oración Vesperti-na), la Hora Santa, las comidas juntos, las clases de teolo-gía y filosofía (para los "pre-teólogos"), el estudio, el ejer-cicio físico, las tareas del seminario y las asignaciones pas-torales externas. Como se pueden imaginar, la vida puede ser muy plena para un seminarista. No obstante, es una buena preparación para el sacerdocio que también puede ser pleno. A pesar de las demandas, uno aprende a equili-brar todo y a asegurarse de que la oración diaria, incluyen-do la Misa, la oración de la Liturgia de las Horas y la Hora Santa, sean siempre parte integral de la vida.

Por favor, sepan que los mantengo a todos en mis oraciones durante este tiempo que estaré fuera y espero es-tar de vuelta con ustedes regularmente para el Adviento. Hablando de oraciones, por favor recuerde orar por nues-tros jóvenes (y algunos adultos) que serán confirmados por el Obispo Soto el próximo sábado 28 de agosto. Puedo dar fe de que nuestros estudiantes de confirmación han sido preparados muy bien en los últimos dos años, culminando con el excelente retiro en el cual participaron el fin de se-mana pasado. Por favor oren por ellos, y oren por sus pa-dres, para que continúen creciendo en gracia y santidad. ¡Que tengan una semana muy bendecida!

En Cristo,

Padre Berg

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